jueves, 1 de marzo de 2012

Poemas de María Mercedes Carranza


SUELE SUCEDER
Luego de algunos años
de no verlo,
de nuevo nos encontramos.
No el deseo, como antes,
sino la nostalgia
de aquellos días de deseo
nos llevó a la cama.
La alegría de entonces
fue ternura y el goce
y la voluptuosidad
sólo complacencia.
Ambos, podría jurarlo,
tuvimos la certeza
de habernos sobrevivido.
 
ODA AL AMOR
Una tarde que ya nunca olvidarás
llega a tu casa y se sienta a la mesa.
Poco a poco tendrá un lugar en cada habitación,
en las paredes y los muebles estarán sus huellas,
destenderá tu cama y ahuecará la almohada.
Los libros de la biblioteca, precioso tejido de años,
se acomodarán a su gusto y semejanza,
cambiarán de lugar las fotos antiguas.
Otros ojos mirarán tus costumbres,
tu ir y venir entre paredes y abrazos
y serán distintos los ruidos cotidianos y los olores.
Cualquier tarde que ya nunca olvidarás
el que desbarató tu casa y habitó tus cosas
saldrá por la puerta sin decir adiós.
Deberás comenzar a hacer de nuevo la casa,
reacomodar los muebles, limpiar las paredes,
cambiar las cerraduras, romper los retratos,
barrerlo todo y seguir viviendo.

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